Para unos soy muy corto;
para otros, regular;
para los tristes muy largo;
para Dios, la eternidad.
(El tiempo)
Corre más que un ciclista,
nunca da marcha atrás,
si lo pierdes de vista,
¡cómo envejecerás!
(El tiempo)
¿Qué cosa, qué cosa es?
que vuela sin tener alas,
y corre sin tener pies.
(El tiempo)
Alto vive
y alto mora
en él se cree
mas no se adora.
(El reloj de la torre)
¿Quién es aquel pobrecito,
siempre andando,
siempre andando,
y no sale de su sitio?
(El reloj de pared)
Una cara con dos manos
pegada está a la pared.
Antes de un minuto, hermanos,
¿sabréis decirme quién es?
(El reloj de pared)
Pobrecito, pobrecito,
todo el día sin parar
y no sale de su sitio.
(El reloj de pared)
Tengo agujas y no sé coser,
tengo números y no sé leer.
(El reloj)
Brazos tengo desiguales
y a mi ritmo se mueven los mortales.
(El reloj)
En un castillo redondo,
doce caballeros
de guardia están;
un flaco lancero
y un gordo escudero,
marchan al compás.
(El reloj)
Tiene agujas y no cose,
no se mueve, pero anda,
si le das cuerda funciona
y el paso del tiempo señala.
(El reloj)
Soy un caballero muy aseñorado,
tengo doce damas para mi regalo,
todas van en coche y gastan sus cuartos,
todas usan medias, pero no zapatos.
(El reloj)
Juntos dos en un borrico,
ambos andan a la par,
doce leguas anda uno
y una el otro nada más.
(Las agujas del reloj)
Dos hermanas en la plaza,
ambas marchan a la par,
si una da doce vueltas,
la otra una, nada más.
(Las agujas del reloj)
Me hallo en los escritorios
y en las casas comerciales,
todos me miran quien soy
para ver lo que contengo.
Mis días están contados
y el día que voy a morir
ya se sabe de antemano.
(El calendario)
Te indica el día,
te indica el mes,
te indica el año.
Dime ¿qué es?
(El calendario)
Yo soy un gigante
de grande valor,
tengo doce hijos
de mi corazón.
De estos doce hijos
tengo treinta nietos,
que son mitad blancos,
y son mitad negros.
(El año, los meses, los días y las noches)
Quién es un viejo ligero,
que es de cuatro movimientos
puestos en doce cimientos,
que, a cualquier pasajero,
da más penas que contentos.
(El año)
Un árbol con doce ramas,
cada rama, cuatro nidos;
cada nido, siete pájaros:
cada cual con su apellido.
(El año)
Un árbol con doce ramas,
cada rama, cuatro hijas,
cada hija, siete hijos,
me dices ¿cómo se llama?
(El año)
Estoy condenado
a un año y un día;
si esto es cada cuatro,
¿mi nombre, sabrías?
(El año bisiesto)
Doce son los hermanitos,
uno es el benjamín,
siete son los mayorcitos
y los cuatro restantes
los más pequeñitos.
(Los meses)
Doce caballeros,
nacidos del sol,
todos mueren antes
de los treinta y dos.
(Los meses)
Aquí estamos doce hermanos;
yo, que el segundo nací,
soy el menor entre todos:
¿Cómo puede ser así?
(Febrero)
Somos doce hermanos
y yo el más chiquito;
cada cuatro años
me crece el rabito.
(Febrero)
Nos llegan muy de mañana
y se van mucho después,
regresan cada semana
y cuatro veces al mes.
(Los fines de semana)
Los siete son hermanitos
y viven un solo día:
cuando uno nace otro muere,
y así se pasan la vida.
(Los días de la semana)
De siete en siete vamos
cogiditos de las manos.
(Los días de la semana)
De aquí al domingo seis pasos,
seis cielos que veo pasar,
seis mañanas, seis ocasos
¿Cómo me debo llamar?
(Lunes)
Como te cases
o te embarques
en este día fatal,
todo te saldrá mal.
(Martes)
¿Qué día será,
que entre el sábado
y el lunes está?
(Domingo)
Fui y no soy,
no soy y fui,
mañana seré
y hablan siempre de mí.
(El día de ayer)
Todos me esperan
pero nunca llego,
porque cuando llego
yo desaparezco.
(El día de mañana)
¿Qué cosa no ha sido
y tiene que ser,
y que cuando sea
dejará de ser?
(El día de mañana)
Unas surgen con la luna,
a otras las alumbra el sol,
todas juegan al corro
y todas hermanas son.
(Las horas)
Son doce hermanas
y todas gastan medias
y, aunque, van numeradas
todas son cantadas.
(Las horas)
Doce señoritas
en un mirador,
todas tienen medias
y zapatos no.
(Las horas)
Doce palomitas
en un palomar,
a la hora y a los cuartos
salen a volar.
(Las horas)
Son doce monjitas
en un comedor,
con cuartos y medias
y zapatos no.
(Las horas)
Somos sesenta mellizos,
en torno de nuestra madre,
tenemos sesenta hijitos
y toditos son iguales.
(Los minutos)
Cuando apenas he nacido,
mi vida se acaba al punto;
aunque no soy el primero,
lo sigo por todo el mundo.
(El segundo)